Dalia descubre que su esposo ha desaparecido sin dejar rastro. Su vida, su trabajo como conductora del metro, la relación con sus dos hijos y la que sostiene con un amante se desmoronan entre trámites, sospechas, indagatorias y constantes revictimizaciones. La violenta indolencia de su entorno la envuelve en un oscuro túnel que parece no conducir a ninguna parte.